CASTIGO DIVINO VERSUS FLECHAZO AMOROSO –Ese día el cliente no debió haber pedido carne.–

Era un Viernes Santo en los años setenta, cuando las tradiciones religiosas estaban más arraigadas que en la actualidad. El Asador Joxe Mari, de Orio, hacía una excepción ese día y no ofrecía carne. Sin embargo, apareció un cliente que no estaba dispuesto a renunciar a la buena carne que allí se servía y, ni corto ni perezoso, exigió un buen chuletón. El hombre parecía venir con hambre, porque rascó el hueso hasta el punto de que se le rompió una muela. Castigo divino o no, lo cierto es que el cliente aprendió la lección, y nunca más volvió al establecimiento en Viernes Santo a comer carne, a pesar de que, desde hace años, ya es tan habitual hacerlo en Semana Santa como en cualquier otro día. Pero no todo han sido lecciones en el Asador Joxe Mari, ya que también allí ha surgido el amor. Hace años, en el restaurante había grandes mesas que los clientes compartían aunque no se conocieran entre sí. Un día, un par de amigos entraron a comer y se sentaron al lado de dos chicas. La casualidad quiso que surgiera una pareja que hoy continúa casada y que en 2013 visitó de nuevo el Asador Joxe Mari para contar al responsable de este establecimiento, Andoni Manterola, su flechazo.

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