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UN MARISCO PELEÓN –Un txangurro más vivo que nunca, antes de ir a la cazuela.–
El Izkiña Bar Restaurante, situado en San Sebastián, cuenta con un vivero en el que hay marisco y los clientes pueden pedirlo para llevar una vez cocido. Ese día de hace quince años había buey de mar, conocido en el País Vasco como txangurro. Uno de los parroquianos vio varias piezas en la barra y se quiso llevar uno. El jefe de sala, Aitor Olano, le dijo que era mejor que se llevara uno de los que estaban recién cocidos en la cocina y el cliente fue él mismo a por uno. Lo envolvió en una bolsa, pagó y se lo llevó a casa. Este tipo de marisco tiene la peculiaridad de que, con el frío, se encoge y queda paralizado, por lo que da la sensación de estar muerto. La sorpresa fue mayúscula cuando abrió la bolsa para comerse el txangurro y vio cómo el animal le miraba con cara de pocos amigos y le amenazaba con las pinzas, preparadas para una lucha sin cuartel. Tras ganar la batalla y pese a la resistencia del crustáceo, el cliente regresó al restaurante asegurando que el buey de mar que se había llevado no estaba cocido, sino más vivo que nunca. Olano le explicó que había cogido uno de los que aún no habían sido echados a la cazuela. Por efecto del calor durante el paseo hasta su casa, el txangurro despertó de su letargo convirtiéndose en un marisco peleón, si bien finalmente acabó en la cazuela.
Zamburiñas a la plancha + Vina Pomal Blanco