UNA CENA AFRODISIACA –Hay parejas que no pueden esperar a llegar a casa para dar rienda suelta a su pasión.–

La pareja de poco más de 30 años se sentó a la mesa y cenó un menú degustación en el restaurante Kokotxa de San Sebastián. Nada hacía presagiar que la pasión entre ambos iba aumentando de tono a medida que iban degustando los platos. Tras disfrutar del postre, no se pudieron contener más y se dirigieron raudos y veloces a uno de los baños para dar rienda suelta a su amor, lejos de las miradas del resto de comensales. En un momento dado, la responsable de este establecimiento, Estela Velasco, llevó un cortado a la pareja, si bien esta había desaparecido. En un principio, pensó que los clientes se habían ido sin pagar, aunque enseguida reparó en que la pareja se había dejado encima de la mesa un bolso y sus teléfonos móviles, uno de los cuales sonaba sin parar. Al ver su extrañeza, los comensales de una mesa cercana le informaron con cara pícara que la pareja se había encerrado hacía unos 15 minutos en uno de los baños. En ese momento, aparecieron y la escena no daba para muchas dudas, dado que la chica llevaba la camiseta semilevantada y dejó entrever varios arañazos, fruto del apasionado encuentro. Dio la casualidad de que al día siguiente, Velasco estaba haciendo cola en una entidad financiera cuando se encontró con una amiga a quien le contó la historia. Al finalizarla, un señor que también se encontraba en la cola sentenció con un «yo doy fe». Era, precisamente, uno de los clientes que había sido testigo de la “cena afrodisiaca” solo para dos. Meses más tarde, la pareja protagonista se casó y tuvo una preciosa hija, no se sabe si fruto del encuentro carnal en el baño del Kokotxa.

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