EL ESTRÍPER DEVORADO –La imagen nunca más se repitió en el restaurante Olárizu de Vitoria.–

Un joven musculado atravesó corriendo el establecimiento vestido únicamente con unas botas militares y una pequeña toalla que tapaba lo justo, dejando al descubierto unos glúteos de gimnasio. El maître, Manuel Vado, no podía dar crédito a lo que acababa de ver en este establecimiento de marcado carácter familiar. Inmediatamente, se dirigió a los vestuarios en los que se había refugiado el joven. Se trataba de un “estríper” contratado para una despedida de soltera. «Están locas, locas», aseguró aún angustiado por lo que le había sucedido en uno de los comedores privados. En el momento de quitarse toda la ropa, las quince mujeres de entre veinticinco y treinta y cinco años que asistían al espectáculo y que habían bebido ya varias copas de vino, se abalanzaron sobre el “estríper” para meterle mano por todas partes. El joven no tuvo ni tiempo de recoger el uniforme militar que se había ido quitando. Salió despavorido, pensando que lo iban a devorar, sin que le importara que medio restaurante fuera testigo de su carrera al natural. Fue el propio maître, quien con mucho pudor, entró en el comedor para recoger, ante la atenta mirada de las mujeres, toda la ropa del “estríper”, que había quedado amontonada en el suelo tras la huida fugaz. «O salía o me comían», dijo el boy  con el susto todavía en el cuerpo.

Localización