UN OLVIDO IMPOSIBLE –La buena comida puede provocar amnesia sobre lo más vital.–

En los restaurantes suele ser habitual dejarse un móvil, una chaqueta o un paraguas, pero hay olvidos que parecen imposibles si no fuera porque pasan. Un hombre acudió a comer al restaurante Parrillas del Mar de Getxo y, al irse, no reparó en que se había dejado algo de vital importancia. Lo curioso es que no se dio cuenta de ello hasta después de una hora y media, cuando regresó al establecimiento para recogerlo. «He gozado tanto de la comida y del vino que me he olvidado por completo», aseguró sonriente. Quien jamás se olvidará será la camarera que fue a recoger la mesa de este cliente y que, en una de las sillas, halló un brazo ortopédico, desde el codo hasta la mano. Pasado el susto, agarró el brazo y lo guardó en uno de los armarios a la espera de su despistado dueño que, por muy sorprendente que parezca, no había reparado en su falta pensando en lo bien que había comido. Lo que no les contó es por qué se había quitado el brazo para comer, pero eso ya es otra historia.

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