DOÑA ROGELIA EN LA COCINA –Una cocina convertida en un escenario improvisado.–

Una anciana gruñona y cascarrabias, llamada Doña Rogelia, entró en la cocina del restaurante Patxikuenea, situado en Lezo, cuando se encontraba en plena actividad. De repente, se convirtió en un pato castizo, de nombre Nicol, que dio paso a una adolescente mal hablada, llamada Daisy, que se transformó en Rodolfo, un león sensible. Esta historia, que puede parecer imposible, sucedió realmente ya que hace treinta y ocho años acudió por sorpresa la ventrílocua Mari Carmen, famosa en los años setenta y ochenta por sus muñecos, con los que recorrió todos los platós televisivos. Apareció sin ellos, pero era como si estuviesen allí, gracias a los chistes que contó con sus voces, haciendo las delicias de todo el personal. Se daba la circunstancia de que la artista estaba embarazada de un niño, al que llamaría Aitor, al igual que el actual gerente del Patxikuenea, Aitor Manterola. No sería la única vez que la cocina del Patxikuenea se convertiría en un escenario, ya que años más tarde, Bertín Osborne también entró en la cocina y, tras ver cómo cortaban el jamón, se puso a interpretar el anuncio que había grabado para una conocida marca, provocando las risas de todos los cocineros.

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