PLANTA PARECE, PERO ANILLO ES... –Que los restaurantes son lugares comúnmente elegidos para pedidas de mano, es sabido por todos. Pero que ese anillo apareciera ante la futura esposa como lo hizo, ya no es tan habitual.–

Cuentan que no podía ser de otra manera. Él, cuya familia siempre había disfrutado, generación tras generación, de infinidad de momentos en el centenario Restaurante Tamarises, decidió que la pedida de mano de su prometida sería allí. Como un auténtico manojo de nervios, el novio explicó su plan a los responsables del establecimiento: que su futura mujer, la noche elegida para pedirle en matrimonio, encontrara el anillo en alguno de los platos de la cena. Así pues, en la cocina maquinaron la manera más espectacular de hacerlo y decidieron preparar un plato que se asemejaba a un tiesto. La tierra la elaboraron con migas de pan de centeno y rellenaron la macetita con verduras, a modo de entrante. En el momento de servir el plato, el toque final consistía en regar la planta con un caldo. Pero había trampa: dentro del macetero había unas pastillas que, en contacto con el líquido, se hincharon para hacer subir el anillo a la superficie. En el momento cumbre, al ver el anillo, la novia empezó a chillar desatada de alegría. Y todo el restaurante, emocionado, se alzó en vítores a los novios. Y colorín colorado, este cuento solo acababa de empezar...

Localización