LOS PREMIOS NOBEL NO HACEN DIETA –Porque las mentes maravillosas también le hablan al estómago.–

Este es el caso del profesor neerlandés Martinus J. G. Veltman, ganador del Premio Nobel de Física del año 1999, quien aprovechando su visita a Madrid hace un año, no dudó en acercarse hasta el restaurante Dantxari para probar sus conocidos callos a la madrileña, el plato típico por antonomasia de la capital. Tal y como nos cuentan, maridó con una buena copa de Viña Pomal Reserva, mientras debatía sobre estructuras cuánticas y fórmulas matemáticas con sus compañeros de mesa. Argumentando que el azúcar es el alimento del cerebro –y a los profesores siempre hay que hacerles caso– pidió el postre por excelencia del restaurante: la tarta de manzana. Una tarta tan fina como el pan de oro, elaborada con hojaldre, manzana caramelizada, azúcar glas y helado de vainilla. Tripas y sacarosa para mentes despiertas. Señores, al traste con la dieta.

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