TEMPLARIOS, MESONES, JUGADORES DE BOLSA Y ALTA GASTRONOMÍA –Un restaurante situado en la bóveda más camaleónica de todo Madrid.–

Según cuenta la historia, el edificio donde se encuentra el restaurante La Capilla de la Bolsa fue, en la Edad Media, la ermita de Santa Cruz, lugar de reunión de la Orden de los Caballeros Templarios, un grupo de nobles cuya misión era proteger los lugares santos y a los peregrinos que en ellos se hospedaban. Décadas más tarde, bajo la misma bóveda, tuvieron lugar los encuentros de la primera logia masónica en España, y no fue hasta años más tarde, que se convirtió en la primera Bolsa de Valores de Madrid. Quedó sin uso durante un buen período de tiempo –quizá demasiado ajetreo para una capilla– hasta que en 2005 abrió como restaurante de lujo, donde el comensal goza hoy de la experiencia de cenar bajo un techo con siglos de historia.

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