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UN LOU REED PICANTE –La guindilla de Azagra se convirtió en protagonista de un concierto del rockero.–
No era la primera que vez que este rebelde neoyorkino, considerado el precursor del rock alternativo, pisaba La Manduca de Azagra. Lo que no imaginó Lou Reed, cuando ese día probó una guindilla de Azagra, es el picor insoportable que provocan y que le hizo sufrir durante unos minutos en los que se debatió entre zarandear a la camarera o beberse toda el agua del restaurante. Tras el postre, y con la lengua algo más aliviada, pidió al dueño que le escribiera en un papel cómo se llamaba ese alimento infernal. Horas después, ofrecía un concierto en la Puerta del Ángel. Una vez sobre el escenario, y ante miles de personas, se metió la mano en el bolsillo, desdobló el papelito y soltó: «Me tendrán que disculpar, pero si esta noche tengo algún problema con la voz, la culpa es de las piparras de La Manduca de Azagra». Pese a todo, el mito de Brooklyn siguió volviendo a su querida Manduca de Azagra todas las veces que regresó a Madrid.
Pimientos rojos del cristal con huevos fritos + Viña Pomal Crianza