HACIENDO AMIGOS CON VIÑA POMAL –El valor de la amistad en torno al vino.–

Una pareja que ronda los cincuenta, Benito y Mari, acude cada sábado y domingo a tomar un vino Viña Pomal al Restaurante Urrechu de Madrid. Sobre la misma hora y los mismos días, otra pareja, Carmen y Marcial, hace su turno en la gran barra de catorce metros de este establecimiento para degustar un vino de la misma bodega. Van pasando los días y los meses, y ambos matrimonios coinciden en el mismo establecimiento, prácticamente desde que se abrió, hace doce años. Un día, una de las parejas da el paso y pide al camarero que invite a una ronda de Viña Pomal al otro matrimonio con el que apenas, hasta entonces, se habían saludado. A partir de ese día cada fin de semana se encuentran allí para compartir la copa de vino, y ha ido creciendo entre ambos matrimonios una profunda amistad que dura hasta día de hoy, y que les ha llevado incluso a irse de vacaciones juntos. Bien seguro cuando viajan deben pedir un Viña Pomal para recordar el origen de su amistad.

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